domingo, enero 14, 2024

Woody Allen, el jazz y el imperialismo

 Acabo de ver una película de Woody Allen llamado "Cafe Society" que es del 2016. Como en casi todas sus películas la banda de sonido consiste en una colección de grabaciones de jazz, algunas clásicas, y otras que bordean el campo de lo que era la música popular de los 40/50. Muchos de los temas son standards a los que apelamos aún hoy en las jam sessions. Escucharlos en esas grabaciones datadas causan el efecto buscado, que es retrotraer al espectador a los años "dorados" de Hollywood, cuya pátina brillosa ocultaba el turbio mundo del negocio del espectáculo, plagado de corrupción, decepción y sufrimiento. Pero la mirada ácida de Woody abarca al mismo tiempo casi todos los aspectos del "sueño americano". La trama enhebra una historia romántica que aunque cautivante, es sólo una excusa para desenmascarar tantas ilusiones que ingenuamente habitan en la sociedad norteamericana. El mundo de los negocios, de la política movida por los  lobbies, y los intereses espurios de sus protagonistas. De la trastienda donde se mueve el mundo criminal. El trasfondo de la cultura judía en la que Allen se crio tampoco se salva de su visión crítica, aunque no deja de tener una nostalgia casi benévola sobre sus contradicciones, y su naturaleza fundamentalmente humana. 

Pero lo que me vuelve a lastimar es cómo la cultura norte-americana me atraviesa desde el momento que toco jazz, sin advertir el  su monto de alienación que eso implica. Como comenté en el posteo anterior, disimulaba ese extravío adhiriendo a la vertiente negra y casi folklórica del jazz original y de los músicos negros rupturistas que siguieron después, y de los que aún hoy practican un arte que cuestiona las normas estéticas que rigen los gustos comerciales. 

Por eso, cuando el jueves pasado luego de una jam en el Club Tri se subió Patricio Quinteros a cantar una zamba de Atahualpa Yupanqui, sentí algo refrescante y aliviador. Igualmente, cuando al cerrar la jam de los viernes en ECEM , Marina Àbalos se sentó al piano y nos tocó unas hermosas chacareras, pensé que debíamos sentirnos más orgullosos de nuestra música y tradición Argentina. Son tiempos en que lo tendremos que defender con fuerza, porque las fuerzas del imperialismo cultural nos acechan. 

jueves, noviembre 30, 2023

Piñateras versus la Verdad.

 Me preguntan por el significado de la palabra "piñatera".  Aventuro esta definición:

PIÑATERA: Término despectivo para designar una agrupación de jazz tradicional convocada "ad hoc"  para tocar en algún evento, básicamente por interés comercial, y poca consideración por el estilo, repertorio,  o compatibilidad de sus integrantes.

Se podría agregar que la palabra evoca la idea de piñata, en el sentido de sus contenidos diversos, y puñatera, término del léxico vulgar, cuyo significado me eximo de explicar.

Se podría agregar que tiene una similcadencia con la palabra "pochoclera". Sería una asociación bastante acertada, ya que su música sería fácilmente asimilable, basada en lugares comunes, de modo que "a la gente le guste"

El desprecio por las piñateras tiene, sin duda, una veta elitista y dogmática. En un posteo anterior, hablé del tema cuando redacté una suerte de obituario por el fallecimiento de Carlos Balmaceda, un músico prócer del jazz argentino. Èl sufrió los prejuicios de los supuestos expertos del jazz, por el hecho de haberse ganado la vida armando piñateras. Por otra parte, por sus piñateras pasaron casi todos los músicos de la época. ávidos por ganarse un mango.

 https://vivabuddybolden.blogspot.com/search?q=Carlos+Balmaceda+RIP

Debo dar cuenta de mis propios prejuicios. Ocurre que mi acercamiento como adolescente al jazz estuvo fuertemente marcado por una ideología que por otra parte era predominante en la época. A grandes rasgos, la narrativa era que el jazz original estaba marcado por la lucha por la libertad de los esclavos de las plantaciones del sur de EEUU- Los pobladores de Luisiana, en particular de New Orleans,  eran descendientes de africanos que habían sido transportados en condiciones lamentables en los barcos esclavistas. Así como habían sido explotados por sus amos coloniales blancos, su música también fue apropiada por los blancos, que convirtieron sus composiciones, sus spirituals, sus cantos de trabajo, sus blues, en productos de consumo masivo, degradando sus puros rasgos folklóricos en mera mercancía. 

Por cierto que hay un núcleo de verdad en esta caracterización, pero quizás me dejé influenciar por una versión un tanto simple de lo que en realidad fue un complejo proceso de aculturación. 

De ahí que la búsqueda consistía en lograr la pureza estilística. Era una empresa casi imposible, pero lo que más importaba, muy por encima de las consideración técnicas, era lograr una estética lo más parecida posible a la de los primeros músicos del género. Hubo quien lo logró casi perfectamente. Fue el cornetista Norberto "Gandi" Gandini, (hermano del célebre compositor académico Gerardo Gandini)- Los demás sólo podíamos tratar de aproximarnos a su logro, por lo que se vivía en un permanente estado de pecado. 

A pesar de que pude estar extraviado en mi ideal fundamentalista, todavía me queda admiración por el modelo negro del jazz temprano, y supongo que siempre estaré rindiendo tributo a esa tradición.



 

 

sábado, noviembre 11, 2023

Rambla Vieja Jazz Band -Octubre de 1972


  

¡Ay! que chiquita que sale esta foto de hace 52 años, cuando recién arrancaba la Rambla Vieja Jazz Band. Fue mi primera aventura jazzera en Mar del Plata, iniciando un recorrido que dura hasta el día de hoy. Los que están en la fila de atrás, de izquierda a derecha son:

Carlos (Lázaro) Maffei, (trbn)  José Lanata , (perc), Esteban Garvie (cnt), Juan Carlos Jáuregui (clte), Vito Martinelli (clte).  

Sentados en primera fila;

Laci Trakal (cnta), Javier Vicente (pno) y "Margarita" Páez (bjo)

Javier Vicente es que me envió esta imagen ayer. Él,  Maffei, Jáuregui, y yo, somos los únicos que seguimos vivos. Éramos un grupo de muchachos llenos de energía, que con recursos musicales limitados, pero mucho fervor por el jazz, lanzamos un movimiento que Ferio Espinoza denominó "La segunda ola del jazz marplatense". Sin saberlo, iniciamos un movimiento que hoy se ramifica en diferentes direcciones, pero que sigue con fuerza renovada en nuestra ciudad. No pude dejar de hacer este posteo, en honor a cada uno de los que ya no están, pero cuyo legado continúa. 



miércoles, octubre 04, 2023

 1-10-2023 -  Ecem-  Martin DeLassaletta 4to-  Natanel Edelman (pno) Valentin Garvie (Tpt) Javier Puyol (dr) Martin DeLassaletta (str bass/ comp)

Hola! Qué tal, tanto tiempo!. Soy Garmendia, de regreso luego de larga ausencia. Hoy vuelvo al periodismo musical, para contarles lo que pasó en Ecem con el nuevo grupo de Martin DeLassaletta. Fui a escucharlo por que me daba curiosidad lo que anunciaban: En el recital iban a  presentar nuevas composiciones dedicadas a los indios Quilmes, unos indígenas que vivían en esa ciudad bonaerense.  ( y por eso la cerveza se llama Quilmes). Por eso me disgustó que escribieran mal el nombre. Les pusieron Kilmes, con K, cuando todo el mundo sabe que se escribe con Q, Quilmes! No sé de donde sacaron que tocaban esa música, que parecía más ese jazz que tocan ahí, que mucha melodía no tiene. Encima en un momento tocaron un  tema de Victor Jara, que era un comunista chileno,  y que de indio no tenía nada. Además no me pareció que los instrumentos que usaron tuviera mucho con los instrumentos de esa gente. No había guitarra, ni bombo, ni charango. No creo que los indios usaran piano de cola. Encima, uno de ellos que tenía más cara de alemán que de otra cosa, tocaba la trompeta!   

En fin, me fui un rato antes de que terminara, porque me estaba enojando demasiado.

Hasta pronto!


jueves, septiembre 07, 2023

Los Románticos Latinos de Los Carlitos.

 Románticos Latinos - Discos ICM  (F. Viceconte tr sx -E.Garvie Tpt- L.  Camus-Strb-  L.Monte Dr.)

El 15 de Julio finalmente lanzamos nuestros "Románticos Latinos", que de románticos no tienen nada, más vale su contenido es un tanto agrio. Fuè grabado en Octubre del 2022, medio a las apuradas, puesto que yo tenía que salir de viaje a los pocos días. También había padecido recientemente  una infección covid que afectó mi energía, algo que se nota en mi desempeño. De modo fue con cierta ambivalencia que forcé nuestra ida al estudio. La dinámica de los Carlitos implica movimiento de repertorio, y yo sentía que los temas que habíamos estado tocando ya se volvían rancios, y que había que dar lugar a otra tanda que se venía acumulando en los papeles. También empujaba la idea discutible de dejar algún testimonio de nuestro período pospandémico. Quizás no todo deba registrarse para la historia. Pero grabar es siempre un esfuerzo, que muchas veces implica a otros, como el caso de Nico Pasetti,  que además de ayudarnos técnicamente en la grabación y mezcla, nos hizo el diseño de tapa. Debo confesar que me gustó más la tapa que la grabación...no sé de donde sacó Nico ese tatuaje de corazón tumbero, pero reflejó mejor que la música mi ambivalencia.

Los temas del disco fueron surgiendo en plena pandemia (estoy harto de las referencias a la pandemia pero qué se le va a hacer), cuando me vi involucrado en una suerte de cadena de organizaciones musicales latino-americanas, todas beneméritas, pero con el pecado de origen de haber sido convocadas por una productora de EEUU. Fueron varias reuniones por zoom, todas en inglés, en los que el objetivo era intercambiar artistas, propuestas y eventualmente invitaciones a festivales. Debo admitir que me sorprendió la actividad que descubrí en Bolivia, Paraguay, México, Chile y por supuesto Brasil. Durante ese tiempo me pregunté si no hacíamos omisión de las tradiciones musicales de nuestra patria grande, y me encontré haciendo las mismas preguntas que animaron la famosa polémica entre Ginastera y Carlos Paz...(en realidad no sé si polemizaron tanto ellos o los críticos criollos) entre una estética que recoge las tradiciones regionales u otra que responde a paradigmas más globales. Así que dentro de mis humildes limitaciones, opté por una vez a querer hacer referencia a las músicas del sur, pero trabajadas dentro de nuestros esquemas jazzeras. 

Asi que ya está. Ahora a avanzar en otra dirección.


viernes, junio 23, 2023

Improvisar en forma "libre" vs tocar sobra la "forma" No.2

 Seguna entrada sobre este mismo tema. Por haber estado escuchando el  disco Functional Arrythmias  por Steve Coleman y Five Elements,  me encontré leyendo una extensa entrevista que me pasó Valentin. De la misma manera comparto el link que me envió: 

https://m-base.com/interviews/improvisation-correlation-and-vibration-an-interview-with-steve-coleman/

El documento  está en inglés es larguísimo. Me llevó varias tenidas hasta completarlo. Yo diría lo que a mi me interesó particularmente lo que desarrolla hasta la mitad de su extensión. Steve Coleman es un músico con mucha formación, yo diría un erudito, aunque no es un académico. Polemiza con los académicos, en particular con los que escriben sobre música sin ser músicos. Lo que puedo extraer tiene mucha relación con lo que quise decir en el posteo anterior sobre la "forma" y las restricciones. Para empezar Coleman y el colectivo M-Base , cuyo liderazgo algunos le adjudican, es un buen ejemplo de la deriva hacia la composición que estábamos comentando. Su entrevistador (Johannes Völz) también es bastante astuto, y encuentra formas de repreguntar de un modo que expone contradicciones,  sin contrariarlo, a la vez que lo conduce a exponer gran parte de sus conceptos. Voy a glosar algunas de ellas que vienen a cuento de nuestro tema. Coleman disputa la idea de "libertad", en el sentido que cualquier intento de deshacernos de los condicionamientos culturales que nos habitan. En ese sentido es bastante "lacaniano" en la medida que toda subjetividad se constituye desde un Gran Otro. En lugar de libertad, prefiere la idea de opciones, o de otra manera, que dentro de una matriz determinada por una estructura, se puede optar por llegar a un punto de encuentro por distintos caminos. Otra noción que critica es el ideal de hacer algo "nuevo".  A la vez que le otorga una lugar central a lo epocal, prefiere una idea de originalidad que se entrelaza con la determinación histórica. Desde esa perspectiva, no cree que se pueda ejercer una hermenéutica por donde "entender" lo que se  hizo en el pasado. Toda apreciación de la tradición está teñida por los parámetros que habitan al intérprete en su presente. En ese sentido es notable como su música, a la vez que puede ser de difícil apreciación, remite invariablemente a la tradición africana. El entrevistador le propone comentar el quehacer musical entendido como un lenguaje. Coleman remite todo lenguaje al termino comunicación, a la vez que lo condensa en lo gestual. Ahí me parece que tropieza con cierta ingenuidad respecto de la noción de lenguaje, en la medida que la comunicación es sólo una función del lenguaje. Claramente su intento de teorizar no está fundada en el estudio de la lingüística, y en ese sentido cae en algunas de las fallas que endilga a los teóricos y críticos que escriben sobre música. Pero eso no desmerece su amplio compás discursivo, a la vez que reconoce la necesidad de entender la práctica musical como un craft (manualidad/artesanía) que requiere una laboriosa tarea de aprendizaje, escucha y estudio. Y claramente su música es testimonio no sólo de su análisis conceptual, sino de su esfuerzo en la disciplina musical. 

lunes, junio 05, 2023

14-15-16 de Abril. Edición 34 de Jazz en Abril.

 Con bastante atraso, hago esta entrada dedicada al evento que hace 34 años que se realiza anualmente, y que en sus últimas versiones es sostenida por el ímprobo trabajo de Sole Curien, Pablo Espinosa, y Aldo Roldán. Era una ocasión que para mí tenía la misma importancia que Navidad, y que en alguna oportunidad (2001) lo organicé solo aunque en una versión reducida, dada la crisis que en ese momento casi parte al país. Tuvieron la amabilidad de volver a invitarme para esta edición, probablemente por tener en cuenta mi asistencia perfecta en festivales anteriores, pero debí inventar un grupo ad-hoc para presentar ya que no tenía conjunto grupo activo en el momento. Quise aprovechar para volver a tocar un poco de jazz tradicional, y convoqué a Martin Santos (clte) Julián Tavela (banjo) y Martín DeLassaletta (contrabajo) para preparar un repertorio en apenas un ensayo. Contamos con algo de lo que ya tocamos con la banda Bocaguasa, pero tanto Martin Santos como Martin DeLassaletta tuvieron que adaptarse muy rápidamente para ponerse en forma. Así armamos un repertorio de algunos temas clásicos del período Armstrong/Oliver, pero también quise agregar algunos temas de tradición folk o de antecesores del jazz que tomó forma a partir de 1920.  Eso me retrotrajo a a 1974/5 cuando formamos la Criolla Jazz Band. En aquella época hacíamos un intermedio de temas skiffle o folk, en el medio de nuestro set de clásicos. Sin duda yo estaba influido por la filosofía musical de Cacho Rodriguez Jurado, que en lugar de interesarse por el "progreso" buceaba cada vez más atrás en el tiempo, en lo que eran las raíces afroamericanas del jazz. Tengo que remontar un prejuicio del tipo "nunca segundas partes fueron buenas", pero me parece que voy a insistir un poco en esa dirección. Hoy ya desapasionado y, creo, menos afectado por prejuicios, puedo agregar ese color a nuestra paleta. Se trata de investigar un poco en los blues campestres, los cantos de trabajo y los spirituals, con la idea de que todos aportan a lo que es nuestra música hoy.