11 de Junio -Nestor Astarita - Tributo a Miles -La Bodega del Auditorium
Volvió a nuestras playas, y al ciclo de Félix Barone, el decano de los bateristas argentinos, Nestor Astarita. Esta vez acompañado de James Suggs en trompeta, Pablo Raposo en piano y Pablo Carmona en contrabajo, presentó uno de sus proyectos permanentes, su Tributo a Miles.
En una entrada anterior me atreví a criticarlo a Néstor por sus referencias históricas proyectadas en video sobre sus intervenciones en la historia del jazz argentino. Me parecía que le quitaban filo a su vigencia actual como uno de los músicos más inspirados de nuestro medio. Esta vez comenzó el set sentado en su instrumento conversando un rato con el escaso público que fue a escucharlo en la Bodega. Allí explicó que los músicos, los verdaderos músicos de jazz, tocan con el mismo entusiasmo se trate de que haya una persona en el público, o mil. Luego recordó los días en que tocaban en el local histórico Jamaica, y luego el que se llamó 676, y más adelante en Jazz & Pop.
Relató la felicidad que tenían esos históricos por poder tocar todos los días de la semana, matizado por el hecho de que había ocasiones en que apenas habría dos o tres personas en el local como público, o aún, noches en que no iba nadie a escucharlos. Reveló que las chicas que trabajaban en la noche y que hacían base en el lugar juntaban la plata entre ellas para pagarle a los músicos. En fin, habló de las dificultades, pero también de las enormes satisfacciones que tuvieron aquellos que se declararon músicos profesionales de jazz, en ésa y muchas otras ocasiones. Habló de su intención de hacer una gira al interior, iniciando su presentación de esa misma manera, quizás auxiliado por un viejo fonógrafo, y tocando algún disco de aquellas primeras épocas de Los Georgians. Su plática me conmovió, y hoy me declaro muy a favor de esa idea.
En cuanto al aspecto musical, fue una excelente noche de jazz, que contó con otra revelación: el trompetista estadounidense James Suggs, que se ha aquerenciado en Buenos Aires. Cuenta con una sólida base técnica por su formación clásica, y su musicalidad hace que sus intervenciones siempre sean interesantes y oportunas. El pianista Pablo Raposo, que hemos escuchado en otras oportunidades también brilla, y la energía del contrabajista Pablo Carmona sorprende por su soporte armónico. Vuelvo a celebrar la interpretación de Astarita, que supera el aspecto meramente rítmico , para ofrecer un verdadero diálogo con el resto del conjunto.
Volvió a nuestras playas, y al ciclo de Félix Barone, el decano de los bateristas argentinos, Nestor Astarita. Esta vez acompañado de James Suggs en trompeta, Pablo Raposo en piano y Pablo Carmona en contrabajo, presentó uno de sus proyectos permanentes, su Tributo a Miles.
En una entrada anterior me atreví a criticarlo a Néstor por sus referencias históricas proyectadas en video sobre sus intervenciones en la historia del jazz argentino. Me parecía que le quitaban filo a su vigencia actual como uno de los músicos más inspirados de nuestro medio. Esta vez comenzó el set sentado en su instrumento conversando un rato con el escaso público que fue a escucharlo en la Bodega. Allí explicó que los músicos, los verdaderos músicos de jazz, tocan con el mismo entusiasmo se trate de que haya una persona en el público, o mil. Luego recordó los días en que tocaban en el local histórico Jamaica, y luego el que se llamó 676, y más adelante en Jazz & Pop.
Relató la felicidad que tenían esos históricos por poder tocar todos los días de la semana, matizado por el hecho de que había ocasiones en que apenas habría dos o tres personas en el local como público, o aún, noches en que no iba nadie a escucharlos. Reveló que las chicas que trabajaban en la noche y que hacían base en el lugar juntaban la plata entre ellas para pagarle a los músicos. En fin, habló de las dificultades, pero también de las enormes satisfacciones que tuvieron aquellos que se declararon músicos profesionales de jazz, en ésa y muchas otras ocasiones. Habló de su intención de hacer una gira al interior, iniciando su presentación de esa misma manera, quizás auxiliado por un viejo fonógrafo, y tocando algún disco de aquellas primeras épocas de Los Georgians. Su plática me conmovió, y hoy me declaro muy a favor de esa idea.
En cuanto al aspecto musical, fue una excelente noche de jazz, que contó con otra revelación: el trompetista estadounidense James Suggs, que se ha aquerenciado en Buenos Aires. Cuenta con una sólida base técnica por su formación clásica, y su musicalidad hace que sus intervenciones siempre sean interesantes y oportunas. El pianista Pablo Raposo, que hemos escuchado en otras oportunidades también brilla, y la energía del contrabajista Pablo Carmona sorprende por su soporte armónico. Vuelvo a celebrar la interpretación de Astarita, que supera el aspecto meramente rítmico , para ofrecer un verdadero diálogo con el resto del conjunto.