sábado, agosto 23, 2014

Música contemporánea.

En la novela "Amsterdam" de Ian McEwan  uno de sus protagonistas es un compositor, a quien el autor le otorga el nombre imaginario de Clive Linley. Según el relato, ha  obtenido reconocimiento por el público en general, a partir de haber musicalizado en su juventud, una película de éxito. Pero también ha ganado popularidad por un circuito menos masivo pero igualmente numeroso, por sus obras "serias" que resultan  más accesibles que las del canon académico de la llamada "música contemporánea".  Algunos críticos lo denostan por ser "un conservador". Traduzco un párrafo en las que reflexiona mordazmente, intentando defenderse de sus detractores.:

"Para Clive Linley el asunto era simple. Se consideraba como el heredero de Vaughan Williams y consideraba irrelevante la calificación de "conservador", un término erróneamente tomado de la política.  Además, en la década de los '70, cuando recién se lo empezaba a conocer, la música atonal y serial, electrónica, aleatoria etc. la desintegración de los intervalos, y en general todo el proyecto modernista, se había convertido en la ortodoxia enseñanda en las universidades. Seguramente sus promotores, más que él, eran los reaccionarios. In 1975 había publicado un libro de 100 páginas, que como todo buen manifiesto, era a la vez un ataque y una apología. La vieja guardia del modernismo habría encarcelado a la música en la academia donde había sido celosamente profesionalizada, aislada y esterilizada, su pacto vital con el publico general roto arrogantemente. Clive relataba sardónicamente un "concierto" muy publicitado en una iglesia semi-desierta, en que las patas de un piano eran golpeadas repetidamente por un violín roto durante más de una hora. Las notas del programa explicaban , además de hacer referencias al Holocausto, porque ninguna otra forma de música era viable en esta etapa de la historia de Europa. 
En la mente pequeña de los fundamentalistas,  insistía Clive, cualquier forma de éxito, o de apreciación pública, era un signo seguro de concesión y fracaso. Cuando se escribiera la historia definitiva de la música del siglo XX, los triunfos parecerán pertenecer a los blues, el jazz, el rock y las formas constantemente evolutivas de la música folklórica. Estas formas  demostraban ampliamente que la melodía, la armonía y el ritmo no eran incompatibles con la innovación. En música de arte, sólo figuraría la primera mitad del siglo, y de entonces, sólo algunos nombres se salvarían, entre los que Clive no incluía a Schoenberg..." y los de su barra".

Que feo.....pero debo admitir que a veces uno piensa así.  Veremos como sigue la novela....


miércoles, agosto 06, 2014

Retomando.

Las entradas en este blog se han espaciado. Una causa fue que tuve que dedicarme  intensamente a mis otras actividades. Son rachas, la música es un lujo de la que a veces me puedo dedicar más, otras veces menos. Con un poco de suerte podré volver al ruedo ahora.
Igualmente hubo desde junio hasta ahora algunos sucesos. Recuerdo ahora el homenaje 2014 a María Lozzi, que se repitió este años siempre por iniciativa del titiritero Pepe Garcia. Esta vez no quise molestar a otros músicos que quizás no tuvieron la misma deuda que yo con ella. De modo que me calcé el mameluco y hice un corto solo set/performance que completé con la participación de los títeres de Pepe. Hubo algunas fechas del quinteto que se completa con Fede Viceconte, Barto Camus y Lucho Monte en el Bar Barcelona, quizás intentando sin lograr del todo, cubrir el hueco creado por el cierre de Rondó. 
Un resultado divertido de la actividad del quinteto es que se le fue creando un nombre: ahora se llama genéricamente  "Los Carlitos" aunque todavía hay debate acerca si debería escribirse "Lo Carlitos" o "Los Carlito" o "Lo Carlito". Alguna de estas variantes será adoptada finalmente.
Hubo una fecha reciente (1ro de Agosto) en Cantalao en Camet Norte, compartida con el otro grupo en el que persisto: el "Jelly Roll Trío". Debo decir que la combinación algo disímil entre un grupo ultratradicional y otro que toca bop deforme resultó bastante entretenido, y el público pareció disfrutarlo. O al menos eso dijeron algunos.