miércoles, julio 19, 2017

Nuevo Ciclo ICM

16 de Julio - SUM del ECEM- 1er set: Dúo Julián Maliandi / Leandro Gimenez (guitarras) - 2do set: Fernando Moran (sx.alto)/ Martín DeLassaletta (str.bass) / Javier Puyol (dr.)

Ya habilitado de acuerdo a normas municipales, el salón de usos múltiples del ECEM puede ser utilizados para ofrecer recitales. Aunque ya se ha tocado informalmente allí, ahora podremos encarar un ciclo de conciertos, en las que se dará prioridad a la música creativa que se propicia desde ICM, pero que también podrá incluir otras propuestas,  música clásica u otras formas de música popular. La impronta del ciclo que se inauguró quedó marcado por lo ofrecido en esta primera oportunidad, al contar con dos ensambles de la llamada música improvisada, o de creación espontánea. Se intentará conservar un lugar permanente en el ciclo para ese tipo de abordaje musical.
Le tocó al dúo de guitarras de Julián Maliandi y Leandro Gimenez lanzar el ciclo. Desarrollaron tres "temas" donde mostraron variedad de recursos y contrastes. Julián viendo usando hace rato una serie de artimañas y artefactos para crear nuevos sonidos. Eso sumado con un set de pedales con las que evita el crudo expresionismo eléctrico, porque los usa para trabajar sutilmente sobre timbres. Leandro tiende más a un abordaje guitarrístico, quizás basada en una formación más clásica, aportando una suerte de puntillismo que se esparce sobre el fondo de texturas de Julián.    

El trío conformado por Moran, DeLasaletta y Puyol ocupó el escenario arrojándose al vacío de lo imprevisto con total convicción.  Fernando Moran pareciera haberse decidido a militar exclusivamente en en el campo de la impro libre, adoptando un perfil claro desde donde construye su lenguaje enérgico y persuasivo. Martin DeLassaletta siempre se va a sentir cómodo en un contexto en el que puede desplegar su faz de artísta creativo. Más allá de su desempeño musical, que crece constantemente, basta con contemplar el compromiso orgánico con su instrumento para sentirse tocado por una suerte de corriente emocional. Me sorprendió algo parecido con Javier Puyol, a quién hacía mucho que no había visto tocar. También ha sumado un gesto de implicación personal con la batería, que excede la mera ejecución técnica. De a ratos se lo vió de pié, incorporado sobre sus tambores para explorar sus facetas más obscuras y sutiles.

Nuestro SUM es pequeño, pero verlo colmado de personas que se dejaban transportar por los caminos inusuales de la improvisación atestigua que hay un público que acompaña entusiasmada la apuesta al riesgo de estos intrépidos músicos. 

No hay comentarios.: