jueves, agosto 26, 2010

25 de Agosto-Leo Masliah y la Banda Municipal- Teatro Colon

Entrevista realizada a Cachito, franela del estacionamiento frente al Teatro Colon luego del recital de y Leo Masliah y la Banda Municipal.

VBB: ¿Hola Cacho, cómo estuvo la noche?
C: Fresquita pero muy linda, ¡vió la luna que hubo!
VBB: Dígame, ¿vino mucha gente a lo de Masliah?
C: Siii, un montón, por ser un miércoles...
VBB: ¿Y qué comentaban del recital?
C: Y, yo siempre pregunto, para entrar medio como en confianza y mejorar la propina. Mirá, hubo alguna vieja que decía que no había entendido nada, pero un Doctor dijo que había estado muy bueno.
VBB: Bueno, siempre hay quien viene a escuchar a la banda pensando que van a tocar música de películas, o pasodobles. ¿Y qué más pudo averiguar?
C: Lo que decían que había tocado un montón, y que no se sabía como hacía para acordarse de todas esas letras, y de toda esa música que toca. Parece que el hombre se sienta ahí como inexpresivo, y toca y canta como si no tuviera nervios ni nada.
VBB. Ah, y ¿estuvo muy cómico?
C: Lo que dijeron fue que se dedicó más a lo musical que al humor. El problema era que cada vez que abría la boca, aunque sea para decir algo serio, la gente se reía. Por ejemplo decía "Adelante maestro" y alguien largaba la risotada.
VBB: Qué molestos. ¿Y dígame que decían entonces de lo específicamente musical?
C: Yo lo que vi que había muchos de esos pibes que estudian en el conservatorio. Se quedaron un montón en la vereda, y yo me puse a charlar con ellos. Decían que así daba gusto pensar en la música. A muchos les daba ganas de estudiar, porque veían que había otra forma de encarar las cosas.
VBB. Claro, se darían cuenta que lo académico puede tener distintas dimensiones, y que la composición no necesita ajustarse a criterios esteticistas excluyentes.
¿Eh?
VBB: Nada, dígame, y de la banda que decían:
C: Que habían tocado un kilo. Que algunas cosas habían sido bastante difíciles. La verdad es esta vez no escuché que criticaran tanto como hacen otras veces.
VBB: ¿y del director?
C: ¿Quién? de Guillermo (Becerra)...no....que había estado muy bien, incluso parece que tocó con su viola a dúo con Masliah, y que había sonado fenómeno.
VBB: Pero, digo yo, ¿no criticaron nada?
C: Ah sí...se quejaban del sonido....bah, no del sonido en general sino de cómo se había amplificado el piano. Decían que lo habían hecho sonar demasiado fuerte, y que el Bosendorfer parecía un teclado eléctrico. A veces no se entendía la voz, e incluso tapaba a la banda.
VBB: Bueno, me quedo más tranquilo. ¿Y con los músicos pudiste hablar algo?
C: Mirá, siempre están esos que se rajan casi antes de que termine la función. Pero muchos se quedaron a tomar un café en la Fonte y eso. Yo lo que escuché que estaban entusiasmados, que habían tocado con ganas, y con deseo de hacer cosas así, populares si querés, pero inteligentes. Además alguno dijo que le volvía el entusiasmo por el oficio.
VBB: Mirá que bien. Bueno, gracias Cachito.
C: Chau.

domingo, agosto 15, 2010

Puesta al día.

Tanto entretenerme con los textos de Dobrilo, que se me van pasando las fechas. Hago ahora un rápido racconto:

30 de Julio- Jelly Roll Trio - Conf. Orion.
La deserción debido a las vacaciones de muchos de los músicos de las bandas que habitualmente ocupan el escenario en Orion, hizo que convocaran a nuestro trío. Ante un público escaso, subimos a recorrer viejos y nuevos hits. Más allá de los errores o los aciertos, nos sirvió para darnos cuenta que estamos en condiciones de soportar un set entero. (El trío digo, no sé los que tuvieron que escucharlo)

13 de Agosto- Teatro Colón.
Eduardo Palomo Trío- Eduardo Palomo (pno.) Nicolás Passetti (Ctrb.) Javier Puyol (Drs)
Sebastián DelHoyo Trío: Sebastián DelHoyo (Gtr) Martin DeLassaletta (Ctrb.) J. Puyol (Drs)
Invitados: Juan Manuel Martinez (Sx.tnr y spr) E. Garvie (Tpt)

Con el título algo bizarro de "Cultura Gourmet", se realizó una fecha en el Teatro Colón, con los dos tríos del título. En los camarines hacíamos chistes acerca de la probabilidad de tener que cancelar por falta de público, pero a la hora de comenzar hubo casi 150 cuerpos en la sala. No entendemos como se logró semejante convocatoria, pero si los noveles organizadores tienen un truco mágico, los felicitamos. Juan Manuel estaba en gran forma, y comentamos con Sebastián DH que hay un apreciable salto de nivel musical en los conjuntos locales. A los dos nos pareció que Eduardo Palomo ha encontrado hoy su propio lenguaje, que ahora está claramente instalado en la corriente moderna de los tríos de piano.

14 de Agosto- Bodega del Teatro Auditorium-
Gabriel Senanes 3 - Gabriel Senanes (Gtr-Sx. spr.-Voz) Pablo Marcovsky (Pno) Diego Arnal (Bass-Voz)

Se me planteaba un pequeño dilema el sábado 14. En la sala principal del Auditorium se presentaba la Antigua Jazz Band, o sea la heredera de aquella Guardia Vieja JB en la que me inicié. Todavía la integran algunos de los músicos de aquella época. En la pequeña sala de la Bodega tocaban los tres de Senanes. Opté por estos últimos (Arde de odio Jazzman50)....¿porqué?. Tengo que aceptar que me acompañó cierta sensación de traición, pero pensé (acertadamente) que iba a haber poco apoyo de público para la presentación del trío, embarcado en un proyecto de excelencia e innovación musical. Se podría decir que el grupo hace algo que podríamos llamar "popular culto" haciendo un oxímoron con dos palabras terriblemente equívocas para distinguir música. A ver....aires rioplatenses, tango, milonga, folklore..pero con un giro compositivo de inspiración académica, y un color camarístico de conjunto, sin que estuviera ausente la improvisación.
Y entonces....ante tan buen nivel de la música y de músicos....¿qué es lo que falla?
Es realmente una incógnita, pero me arriesgo a hacer esta respetuosa crítica: El producto es demasiado light para atraer a los académicos contemporáneos, y demasiado densa para el público común. Aún cuando toda la música original que tocaron era agradable y suficientemente elaborada para conformar mis oídos, quizás faltaba un elemento de groove, que introdujera calor al resultado. Eso, o era que la Bodega estaba congelada.
Un acierto: con el valor de la entrada (alta para costumbres marplatenses) obsequiaban un CD del trío. Una forma de hacer circular la música, a la vez de volver atractiva la entrada.



miércoles, agosto 11, 2010

La sorpresa de Goran VI

La danza culminó y la gente se fue desagregando. Goran trató de juntarse con el grupo de los más jóvenes, con la intención de acercarse a la bailarina. Sasa se quedó charlando con el violinista un largo rato.
"¿Qué estaban hablando ustedes dos?"
"El hombre quería saber tu nombre" "
¿Y se lo diste?"

"Claro, le dije que te llamabas Goran Mladic'..."

Una sombra cubrió el rostro de Goran, pero la bailarina andaba cerca, y volvió a concentrarse en el acecho. La chica parecía escurrirse cada vez que la tenía a mano.
La noche fue transcurriendo, hasta la fatiga empezó a imponerse. Los concurrentes comenzaban a retirarse, y los dos muchachos decidieron partir. Salieron en busca del Lada, que luego de unos intentos arrancó, y se dirigieron a la ruta de regreso.
Estaban transitando por un descampado cuando una camioneta obscura se le atravesó. Sasa frenó bruscamente. De la camioneta descendieron tres encapuchados armados que rápidamente abrieron las puertas de cada lado y sacaron violentamente de sus asientos a los dos amigos. Mientras que dos de ellos inmovilizaban a Sasa, el tercero obligaba a Goran a encaminarse hacia la banquina. La madrugada era silenciosa y apenas clareaba. Lo esperaba una silueta de un hombre con un sombrero de alas anchas. Goran reconoció al violinista.
"De rodillas" ordenó el hombre que en lugar de un violín, sacó de debajo de su sobretodo una escopeta recortada.
Así que eres hijo de Mladic', espetó.
Goran azorado empezó a presentir lo peor. Empezó a gritar que él no tenía nada que ver, que no pensaba igual que su padre, que nunca intervino en las acciones en Bosnia, ni en Herzegovina, ni nada. Que porqué agarrárselas con él, que no era su culpa ....
Inexpresivo, el mismo personaje que antes lo alentaba a tocar, ahora lo sometía con su arma. Sólo dijo que sí, que no lo era, pero que tampoco había sido culpable su hijo cuando lo asesinó el para-policial Zoran Mladic'. Fue la misma noche que también mataron a su nuera y a sus nietos de seis y cinco años. Y no sólo a ellos, sino a 50 vecinos más del pueblito donde habitaban.
Se oyeron dos estampidos.
Dicen que en el momento de la muerte desfilan por la mente del moribundo todas las escenas de la vida.
Pero en el instante inconmensurable en que Goran se desplomaba, sólo vio la imagen cristalizada de la bailarina de Cocek.

The End.

martes, agosto 10, 2010

La sorpresa de Goran V

Sasa empujó a su amigo hacia la tarima. Goran se resistía porque nunca había tocado música semejante. Pero puesto en el dilema de parecer soberbio, cuando en realidad estaba asustado, desvistió a su instrumento de su bolsita de tela y se sumó al grupo de músicos que ya se agregaban al dúo inicial. A partir de una indicación del violinista el grupo inició un acompañamiento en 2/4 sobre el que el solista tejía variaciones. Era un Umpa-Umpa en modo menor, típico de la tradición balcánica. Al principio Goran no sabía que hacer, simplemente trataba de acomodar alguna nota donde podía, y finalmente apoyando el acento, haciendo un-PÁ, un PÁ. Pero parecía que el violinista estaba empecinado en hacerlo intervenir más activamente. Se le paró adelante, incitándolo a continuar su fraseo. Poco a poco el trompetista se soltaba, y pese a que poco tenía que ver esta forma de improvisar con la que acostumbraba con la Metropol JB, gradualmente iba armando frases más parecidas a la de su guía. Los demás instrumentos se turnaban en el liderazgo, y las melodías se iban complicando. Goran se encontró con que sus dedos lograban digitar esas extrañas escalas. Y en un momento, se sintió tomado por un ensamble endemoniado que superaba sus mejores noches en el Sloveni. De pronto una de las mujeres jóvenes del grupo de jeans y remeras saltó a la tarima y comenzó a bailar un furioso Cocek, con las ondulaciones de una odalisca oriental. Otra orden del viejo violinista hizo cambiar la base de acompañamiento, adoptando una de esas indescifrables formas de compases irregulares. Goran siguió prendido ahí con un ojo en la bailarina y la cabeza hirviendo de extraños sentimientos. Era como si de golpe se le reuniera en su alma la desmembrada Yugoeslavia. Lo visitaban los espíritus de Croacia, los demonios de Kosovo, las quejas de Albania, los susurros de Montenegro, junto con sus conocidos aires Serbios. Y todo revuelto y mezclado con sangre de Turquía, Austria y Hungría.
De pronto vio como se armaba un gran fila de asistentes que tomados de la mano. Hacían los pasos de un especie de dabke, acercándose a la tarima, y dibujando una suerte de círculo con céntrico.
Cuando todo parecía un paroxismo, Goran exhausto abandonó el estrado. Cuando lo encontró a Sasa volvieron a tomar más cerveza, y casi sin darse cuenta, se encontraron unidos a la fila de dabke que ahora rodeaba a la bailarina de Cocek. Ella de pronto giró sobre el grupo y rodeándole el cuello con una chalina lo atrajo al centro del círculo.
Continuará...

lunes, agosto 09, 2010

La Sorpresa de Goran IV

Dado el estado en que estaban, podrían tener problemas de cruzarse con algún control policial, de modo que evitaron las arterias principales, y una vez cruzado el inevitable puente sobre el río Sava, siguieron hacia el sur. Poco a poco se iba modificando el paisaje urbano, las casas se volvían más bajas, y al poco tiempo circulaban por una zona donde se habían asentado comunidades de inmigrantes en busca de las mejores oportunidades de trabajo. No había pasado mucho tiempo desde la sangrienta guerra, que las etnias más perseguidas volvían a animarse a acercarse al centro comercial e industrial de Serbia.
Finalmente se detuvieron frente a un gran galpón. En su interior se desarrollaba una fiesta que podría haber sido un casamiento, un cumpleaños o alguna fiesta de las regiones de donde provenían los habitantes de la barriada marginal. Su vestimenta era colorida y extraña, algunos hombres usaban sombreros o gorros, y muchas mujeres usaban pañuelos sobre sus cabezas. Goran apenas podía entender su dialecto, y no lograba identificar si se trataban de gitanos, montenegrinos o kosovares. Los había de todos los edades, los más jóvenes vestidos con jeans y remeras, pero los mayores con atuendos regionales. Había humo denso que provenía de algunas fogatas rodeados de improvisadas mesadas, donde se vendían porciones de cerdo y pollo asado, además de la pasterma, pinxhur y las tortillas de hajvar picantes. La bebida que circulaba era la cerveza, y Sasa se apresuró a adquirir dos pintas en vasos descartables. Pero la música fue lo que atrajo a Goran. Sobre una tarima vio a un violinista de cierta edad cuyo rostro apenas se dejaba adivinar bajo su sombrero alas grandes. Su sonido era era espeso y filoso a la vez...lo que creaba la sensación ilusoria de que tocaba a mucho volumen. Lo acompañaba un acordeonista, que con gran destreza acompañaba las contorsiones melódicas del violín a la vez que puntuaba con acordes la extraña métrica del tema. Sasa, que se jactaba de ser conocido en aquel ambiente, gritó "Acá les traje otro músico.....vean que en ese bolsito trae disimulado su instrumento" El violinista se acercó a Goran y lo invitó a sumarse. Poco a poco iban llegando otros músicos con estuches de donde iban sacando extraños bombardinos de caballería. Una vez en posición de ejecución, se iban acercando al acordeón acompañando el ritmo con una suave ondulación que los hacía asemejarse a caracoles gigantes. También llegó un saxofonista, y luego un clarinetista, que a su turno se subían a la tarima.
Continuará....

viernes, agosto 06, 2010

La sorpresa de Goran III

Goran había concurrido a una de tales reuniones nocturnas de sus compañeros de banco con su trompeta, ya que había estado ensayando previamente. Lo enfundaba en una bolsita de tela que sus amigos detectaron inmediatamente, lo cual disparó las habituales cargadas. "¡Qué hacés con esa corneta de mierda, que ni estuche tiene!" "¡Hey Goran, siempre tocando esa música atrasada que les gusta sólo a los viejos!" etc etc. Él se resignaba al vapuleo, y trataba de no contestar para que pasaran a otra cosa lo antes posible.
Esa noche tomó como nunca, ya que alguien había llevado un cajón de vino macedónico. La reunión siguió su curso previsible, hasta la hora en que algunos ya empezaban a irse, mientras otros planeaban seguirla en patota en algunos de los locales llamados eufemísticamente "saunas" que habían surgido en gran cantidad en Belgrado. Sasa Sutanovac' era uno de sus pares que a esa altura de la noche se sentía demasiado estimulado como para irse a dormir. Por el otro lado conocía lo suficiente a Goran como para saber que era un blanco blando para los chistes ramplones de los muchachos. Varias veces el músico le había confiado su ambivalencia. Amaba la música que tocaba, pero pensaba que a veces no se lo abordaba con el respeto que el género requería. Tenía además algún malestar por tener que padecer a algunos parroquianos del Sloveni.
"Oye Goran, porqué no vienes conmigo a conocer un ambiente un poco distinto"
La invitación de Sasa cayó en terreno fértil. El día siguiente era feriado, ninguno de los tenían muchas ganas de salir de putas. Tenían esa mezcla de derrape alcohólico con excitación inducida que hacía difícil el descanso, pero incierta la potencia. De modo que se despidieron de los que quedaban, y en el viejo Lada de Sasa, se dirigieron a un lejano suburbio de la ciudad.
Continuará.....

jueves, agosto 05, 2010

La Sorpresa de Goran II

En efecto, la mayoría de los que asistían al Club Sloveni habían sido criados en una época en que para ser "modernos" había que adquirir gustos provenientes preferentemente de EEUU o de Europa, y despreciar las tradiciones autóctonas. Era paradojal que quienes se reivindicaban nacionalistas sólo quisieran escuchar, o bailar música norteamericana, de por sí pasada de moda. De todos modos, el público habitué que concurrente estaba en franco descenso. Ya fuera por desgaste, por aquellos caprichos de la moda o porque los punteros más viejos se iban muriendo. Ya no sólo no se llenaba el amplio local, sino que algunas noches de invierno apenas se ocupaban unas pocas mesas.
Pero los muchachos de la "Metropol JB" seguían aferrados a sus fechas allí. Ninguno de los integrantes dependía totalmente de sus ingresos como músico, y tocar también les daba una excusa para encontrarse socialmente. Por otro lado, también les impulsaba cierta vocación militante, acaso por suponer que si abandonaban el lugar, se moría el jazz con ellos.
Igualmente, había algunas cosas que a Goran lo fastidiaban. Las mujeres por lo general eran viejas, y algunos de los que se le acercaban a charlar eran francamente pesados. Después de unas felicitaciones formales, los tipos se ponían a contar sus aburridas anécdotas con músicos famosos, o a hablar de su vieja colección de discos. Otros hacían gala de sus conocimientos del género o solían darse chapa citando a gente influyente del gobierno o del partido Nova Srbija (Nueva Serbia), cuya orientación conservadora poco le interesaba. Por lo general, estos sujetos tomaban en demasía y su aliento a alcohol era detestable.
Pero Goran también tenía otra red de amistades. Eran algunos compañeros del Komercijalna Banka que se reunían con frecuencia después del trabajo. Esas tenidas tenían una faz un poco más descontrolada. Los había quienes después de comer, beber, y jugarse unas manos de Tablic, sacaban a relucir sus rasgos transgresivos. El olor a marijuana se volvía denso y otros trazaban ostensiblemente sus líneas de blanca, compitiendo por parecer más osados.

Continuará....

martes, agosto 03, 2010

La sorpresa de Goran

Goran Mladic´ trabajaba como empleado bancario en Belgrado, y al menos una vez por semana tocaba la trompeta de válvulas rotativas en una banda dixieland en el club Sloveni. Junto con sus amigos bautizaron la banda como "Metropolita Jazz Band" hacía ya más de diez años. Se conocían de memoria rutina de tocar el tema, tomar por turnos los solos y finalmente concluir con un ensamble, rematado por una coda de cuatro compases de bateria y otras cuatro de un tutti final. Los temas variaban poco, pero ocasionalmente se llamaban por teléfono para sugerir un tema nuevo, que se iba incorporando al repertorio . De modo que no necesitaban ensayar mucho, y cuando lo hacían, la reunión se convertía en una excusa para comer podvarak y tomar mucho rakija.
Habían tenido su época de gloria cuando el club Sloveni se colmaba de público, aumentado durante los tiempos de la ocupación por parte de tropas de la OTAN, y en particular por oficiales Americanos. Éstos preferían el ambiente más maduro y convencional que solía reunirse allí, más que las discos que frecuentaban sus soldados.
Goran había comenzado a tocar de joven, fascinado por los discos de su padre, un Serbio bastante conservador. La contradicción de Goran era que siendo más liberal, gustaba de la música algo vetusta de su progenitor. En lo demás diferían en casi todo. El mayor de los dos tenía simpatía por la causa nacionalista que finalmente encarnó Milosevic´ y tendía a negar los excesos de la reciente guerra balcánica. Afirmaba que la tan mentada "limpieza étnica" encarada por el estado Serbio era una fabricación de los estados occidentales. Todo lo que constituyera la música popular balcánica, particularmente la rica tradición folklórica tocada por gitanos y habitantes de zonas donde predominaba la herencia otomana era despreciada en la casa de los Mladic'. Algo similar sucedía entre los parroquianos del club Sloveni.
Continuará.......